Es el nombre en español de una corriente de defensa del medio ambiente, en realidad, su nombre es “Cradle to cradle”, esta frase tan simple encierra un planteamiento que a mí parecer es de una actualidad y de una importancia universal. Los autores del libro Michael Braungart y William McDonough, editado por McGraw-Hill, afirman que no podemos seguir manteniendo el actual diseño de nuestra producción en el que los productos van de la cuna a la tumba o en todo caso son reciclados en productos de pocos usos y de carácter secundario.
Para ellos lo fundamental es crear un ciclo productivo doble, en el que dos círculos se entrecruzan , uno de ellos es el de los materiales biológico donde se reciclarían de forma continua todos los materiales que no hagan daño al medio ambiente; el otro círculo sería es el los materiales técnicos donde se reciclarían de forma continua todos aquellos materiales que son útiles al ser humano pero podrían hacer daño al medio. En definitiva, defienden el concepto de supraciclaje, un reciclaje continuo y separado de los materiales.
A esto se le une el concepto de biomímesis y de efectividad, similar a la de cualquier elemento del medio natural, como en el caso de la construcción de los termiteros, a cuya imagen y semejanza se están intentando construir edificios que autorregulen de forma natural su temperatura sin necesidad de costosos sistemas de climatización.
Os dejo aquí una reseña de un proyecto muy interesante: