Cuando era un niño de diez años me encantaban los cómics. Recuerdo como los guardaba en un tambor de Colón o de Ariel, si los llamo tambores, porque en Úbeda los niños hacíamos procesiones tocando el tambor de detergente. No puedo olvidar la ilusión que me hacía leer y releer mi pequeña colección: los tebeos de Mortadelo, los del Capitán Trueno o algunos de Spiderman o de la patrulla X.
Por desgracia nos mudamos, y mi madre tuvo la feliz idea de tirar todos mis cómics, cosa que supuso un duro golpe para mi. Ahora siendo un «niño» de 35 años he retomado esa pasión semienterrada, y la he recuperado gracias a otra de mis pasiones, la Historia contada.
Ha sido gracias a los cuentos y a cómics como Maus o Una historia popular del Imperio Americano, que he llegado de nuevo al mundo de la novela gráfica y sin dudarlo he descubierto que en España tenemos grandes referentes. Entre ellos quiero destacar a Paco Roca, creador del famoso cómic Arrugas, y que ahora ha creado una obra que narra el exilio de los españoles tras la Guerra Civil. Los Surcos del Azar toma su nombre prestado de un poema de Antonio Machado y su hilo argumental narra las vivencias de un republicano español que huye del puerto de Alicante para terminar luchando con La Nueve en la Segunda Guerra Mundial
Los que me conocéis sabéis que he participado en El Barco del Exilio, y sinceramente creo que esta novela gráfica rompe una lanza a favor de todos esos españoles que estuvieron luchando los mejores años de su vida contra el Fascismo y el Nazismo, o que vivieron las penosas situaciones de hacinamiento en Francia o en el Norte de África. Sin dudarlo son memorables las escenas que relatan la precipitada huída de los republicanos del puerto de Alicante y las consecuencias que sufrieron aquellos que no pudieron embarcarse.
Otra gran novela gráfica es Un viaje entre gitanos, en ella se comparten espacios para el cómic y espacios para la fotografía. El autor, un fotógrafo francés que viaja por Europa durante diez años, describe la vida de los gitanos por todo el continente y como, sin excepción, sufren la estigmatización y el desprecio en cada uno de sus rincones.
Es paradigmático como este pueblo que lleva viviendo con/entre nosotros desde hace siglos sigue sufriendo persecuciones y castigos. Dudo que exista un exilio más largo de toda la historia de la Humanidad.
Para terminar esta entrada quiero destacar Pyongyang, la novela gráfica más ácida, sarcástica y crítica que he leído. Un dibujante canadiense viaja a Corea del Norte para trabajar en un proyecto, esto sirve como excusa para descubrir las hipocresías y prejuicios de la única dictadura hereditaria del mundo, una dictadura que hace parecer a 1984 una merienda amistosa en el campo. donde nos narra los problemas que tiene la población para desplazarse en su propio país o el sistemático proceso de lavado de cerebro que sufren. Es más que recomendable para hacernos comprender hasta que punto puede llegar el ser humano en sus extremismos políticos.
Reblogueó esto en Bitácora de Leoncio López-Ocóny comentado:
José Luis Redondo, un profesor de Úbeda, hace un interesante post sobre el uso de los cómics para enseñar ciencias sociales y abordar el drama de los exiliados y perseguidos dando cuenta de tres experiencias sobre los exiliados republicanos españoles, los gitanos, y los habitantes de Corea del Norte
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