El negocio de Septiembre.

anuncios clases particulares    Buscar con GoogleSoy un gran aficionado a utilizar Google para comprobar la importancia de algo. Así que introduje en el buscador los siguientes términos: «anuncios clases particulares». Mi sorpresa fue mayúscula cuando comprobé que se obtenían 375000 resultados relacionados con esos tres términos.

Es normal que me interese, ha llegado Septiembre.  El  más absurdo y esperpéntico de los escenarios educativos se presenta en las aulas.  Miles de alumnas/os que no han conseguido superar el curso se presentan a una prueba, véase examen, en la que supuestamente  tienen que demostrar su saber y su capacidad. ¿Acaso no hay nada más en contra del enfoque por competencias?, ¿cómo podemos defender una evaluación formativa ante esto?.

La crítica no puede terminar ahí, porque mi indignación aumenta cuando encuentro el típico anuncio de clases particulares. Una manera muy digna de ganarse la vida, pero que esta llegando a unos límites que me hacen cuestionar lo que la sociedad valora la Educación. Personas con formación universitaria que trabajan con alumnos de diferentes edades, capacidades, cursos y asignaturas, y que cobran 6, 8 o 10 euros la hora, con todo el respeto del mundo,  sería preferible dedicarse a limpiar viviendas, si solo pensáramos en cuestión monetaria y en la carga de trabajo que supone.

¿Hasta qué punto ha llegado la Educación? ¿Cómo es posible que se haya mercantilizado así?.Todo para conseguir obtener el tan deseado título, ese que permite que nuestro hijo o hija acceda al deseado PCPI, Grado Medio o Superior, o que apruebe el examen de exámenes, es decir, la Selectividad.exam-examen-ingles-1535819-h

Es un negocio muy jugoso al que no solo están apuntándose academias y profesores particulares. No, en este carro ya se están subiendo empresas que gestionan centros educativos. Centros que aseguran un seguimiento exhaustivo, un trato exquisito y que tu hijo/a apruebe en Septiembre. En Andalucía puedo referirme a centros como Alto Castillo, Monaíta, Unamuno o Campillos, aunque estoy seguro que se encuentran por toda España. Son centros en los que se hacen desembolsos importantes y que obtienen pingües beneficios de esta masa de «suspensos».

¿Cómo se puede seguir manteniendo esta situación? Yo como docente me planteo si no sería más útil lo que plantea José Luis Castillo ¿por qué no entregar un portafolio educativo al final de las etapas educativas?. Un verdadero recorrido vital del proceso de enseñanza-aprendizaje, algo que realmente muestre el desempeño del alumndo y que omita el título. Quizás esto lograría acabar con el esfuerzo tan ímprobo que se hace por obtener títulos y credenciales que normalmente dicen bastante poco.

4 respuestas a “El negocio de Septiembre.

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