Comparar un EABE con otro, es como comparar a los hijos/as. Cada uno es diferente, cada uno tiene virtudes, y cada uno tiene defectos.
Si tuviera que definir el de este año con una palabra es emoción, y aquí voy a utilizar una cita de Begoña Ibarrola cuando afirma «pero hoy sabemos que el verdadero aprendizaje, en el campo que sea, no se produce cuando se comprende, sino cuando se siente lo comprendido». Os puedo asegurar que este año he aprendido más que nunca.
He aprendido, porque este año el EABE ha dado voz a mucha gente y colectivos. Eso me ha permitido conocer iniciativas de esos innovadores desconocidos a los que dibuja Néstor Alonso.
He aprendido, porque este año el EABE ha tenido muchas caras nuevas. Eso me parece un logro. Si queremos cambiar la Educación, solo podemos hacerlo extendiendo otra visión, otros modelos.
He aprendido, porque no he parado de sonreir. Me he divertido mucho. Solo basta con echar un vistazo a la percusión corporal que organizaron el colectivo #YoconEuterpe.
He aprendido porque todo fluía. Ha sido increíble la labor de la organización. Mi enhorabuena a todos/as.
Existirán defectos, pero solo puedo decir que me habéis cargado las pilas.
Os dejo con otra cita. Mientras trabajamos los proyectos con los grupos, (el poco rato que estuve) una compañera pronunció la siguiente frase: «Hemos llenado las aulas de tecnologías…. . No os puedo asegurar que dijo después, porque inmediatamente continué mentalmente con lo que ella había dicho y añadí: … ahora tenemos que llenarlas de personas».
Después de este EABE os aseguro que hay grandes personas dentro de las aulas.