Me encantan este tipo de iniciativas, ponen en valor la figura de los docentes de la calle. Especialmente de figuras como Felipe Zayas, una persona discreta, pero que ha estado en la brecha desde que yo me inicié en esta Educación en red y enredada de estos últimos años.
Felipe no se acordará de mi, yo era un joven que acababa de llegar a mi primer EABE, el EABE de Algeciras. Era genial el ambiente, y era genial poder compartir espacios y charlas con tantos docentes que no conocía personalmente.
A Felipe Zayas lo conocí de pura casualidad. José Luis Gamboa me convenció para que acudiera al taller de haiku, y allí fue donde conocí a Felipe y a los haikus. Pequeñas poesías, pero de gran dificultad, y que comprendieron un momento especial por la sencillez de Felipe, por su cercanía y por romper mis esquemas sobre lo que puede ser o no Educación.
Desde entonces no he vuelto a coincidir con el, en parte porque imagino que ya se jubiló y no se encontrará tan activo. Para despedirme quiero dejarle un regalo, el mismo que el nos hizo esa mañana en Algeciras:
Esto que digo
son apenas tres líneas:
choza de sílabas.Octavio Paz