
El aprendizaje basado en problemas (ABP o PBL) es un tipo de metodología que llevaba escuchando desde que empecé a trabajar como profesor, sin embargo era como una especie de dragón o unicornio, todo el mundo lo conoce pero nadie lo ponía en práctica, excepto un grupo de irreductibles educadores que trabajan normalmente en Infantil. Siempre me había llamado la atención lo que me habían contado sobre este tipo de metodología: contacto con la realidad, alumnos mas motivados, trabajar elementos prácticos, y desde un tiempo atrás lo estoy poniendo en práctica en mis clases, de forma gradual, lentamente pero creo que a paso seguro.
No obstante como notaba muchas carencias en mi formación pedagógica y didáctica, como la mayoría de los que somos licenciados y no maestros, decidí apuntarme a un curso virtual de Aprendizaje basado en problemas y tuve la suerte que el tutor fuera Jordi Guim. Jordi nos ha puesto en situaciones realmente complicadas e incluso en algunos momentos me he sentido apabullado y desorientado, pero ha sabido implantar en nosotros la semilla de la curiosidad y el entusiasmo por este tipo de metodología.
En el curso he aprendido a ponerme en la piel de mi alumnado cuando les encargo una tarea y lo difícil que es trabajar de forma colaborativa. He observado cual es el rol del tutor, algo que yo imaginaba de otra manera y que Jordi ha sabido transmitirnos. He aprendido como formular problemas y además me ha servido para conocer a otros educadores que quieren trabajar de esta manera.
También me ha servido para comprobar como trabajar esta metodología en directo, utilizando Google +, aunque esto ya lo ha comentado Juan Carlos Palomino en uno de los blogs en los que colabora.
Sin dudarlo lo que mas me ha llevado al límite fue la tarea sobre como implementar esta metodología en nuestro centro. Durante días estuve dándole vueltas a la cabeza sobre como hacerlo y finalmente recordé que existe un grupo de profesores liderados por Monserrat del Pozo que han conseguido que todo un centro trabaje de esta manera, este video ha sido el que me dió las claves para orientar mi tarea, las cuatro columnas del cambio: el cambio metodológico, curricular y de evaluación; el cambio del rol alumno-profesor; el cambio en la organización del centro y el cambio en las arquitecturas.
Una vez hecho este análisis he comprobado que es tan fácil (o tan difícil) como cambiar nuestra perspectiva de la Educación y situar al alumno en el centro, es decir, cualquier intervención educativa debe situar como objetivo final al alumno y en función de este organizar todo lo demás.
No ha sido esta la única aportación a mi proceso de aprendizaje, ya que me dado cuenta que hay otras personas o grupos de personas que están promoviendo esta perspectiva y proponen un cambio metodológico, como es el caso de Ana Basterra, Pere Marqués y su teoría del currículum bimodal o un grupo que he conocido hace relativamente poco y que me ha sorprendido por sus propuestas, su dinamismo y su capacidad de contagio, este grupo es iCOBAE y su creación la Semana de los Proyectos.
Estoy convencido que el cambio se puede lograr, aunque todavía quede un largo camino que recorrer, y no tengamos el viento a favor en la Educación, pero estos ejemplos anteriores son el germen de algo que se esta fraguando en las aula y me transmiten esperanza y orgullo por ser profesor.
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