No estoy descubriendo América, si afirmo que hoy en día la educación es una profesión que requiere un especial talante, unos lo llaman vocación, otros te dicen que hay que tener mucha paciencia, sin embargo todos los que nos dedicamos a la Mayéutica, sabemos que cada mañana uno debe levantarse con ánimos y arrestos necesarios para luchar con alumnos incorregibles, padres y madres poco considerados, una Administración anquilosada que no suele apoyar a los profesores. No obstante, existen luces en este mar de sombras, una de ellas es el libro de Manuel Segura, como muchos de vosotros sabreis es un especialista en temas de convivencia, ética, que no sólo habla desde los estrados de la Universidad, sino que ha sabido descender a las humildes tablas de los profesores y maestros.
En su libro «Enseñar a convivir no es tan difícil» demuestra desde la práctica como podemos intentar orientarnos en nuestra tarea cotidiana, podría hacer una serie de elogios y elaborar una lista de las virtudes del escritor y del libro, pero su mayor virtud reside en que se ha elaborado desde la experiencia. Espero que los políticos que actualmente están elaborando el futuro Pacto de la Educación (que ya he leído) tomen nota, buscando el apoyo y el buen hacer del que todos los días brega y educa en la arena educativa.
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