Durante el mes de Enero he tenido la suerte y la oportunidad de coordinar el nMOOC del Barco del Exilio. A pesar de las críticas que están recibiendo los MOOC, no puedo menos que valorar la horizontalidad en la gestión y la posibilidad de establecer redes y conexiones con docentes y no docentes.
Mi temática es la aplicación de la Ludificación en el aula y el Aprendizaje basado en Juegos. Ambos campos todavía no se han implantado con fuerza en los sistemas educativas, a pesar de que el uso de juegos en el aula no es nada nuevo, si lo es la sistematización y el impulso que se le esta dando ahora gracias a la implantación de los videojuegos.
Comenzaba la primera semana con el planteamiento lógico que cualquier docente debe hacerse ¿Esto puede servir a la Educación?. La respuesta a esta pregunta ha sido analizada por James Paul Gee: aprendizaje activo y crítico, proyección de la identidad, conocimiento distribuido .. son algunas de las razones que aporta para utilizar los juegos en el aula.
La segunda semana ha establecido los límites entre la Ludificación y el ABJ, así como las razones para no hacerlo. Razones que son esenciales, ya que el proceso de Ludificación o el Aprendizaje basado en Juegos no es algo que se pueda tomar a la ligera, de ello os puedo hablar desde la experiencia y mis propios errores. Esa dificultad, sin embargo no debe ser la excusa que no nos permita lanzarnos.
Adentrados ya en la tercera semana descubrimos a docentes y expertos en el tema. He de reconocer que en España descubrí que en este tema hay mucha gente puntera, entre otros puedo destacar a Carlos López Morante, Lara Romero y Ángeles Araguz como docentes. Si hablamos de expertos en Ludificación podemos encontrarnos con ponentes de talla mundial como Víctor Manrique, Isidro Rodrigo, Francisco Revuelta (es también docente) o Sergio Jiménez.
Las experiencias más innovadoras y sistematizadas son las de Quest to Learn o Playmaker School. Entidades que han apostado por la aplicación de los juegos en el aula. Quizás la otra gran experiencia es la de John Hunter y su juego de la Paz Mundial.
Por último lanzamos la propuesta para poder ludificar nuestra aula o incluir el ABJ como una metodología más en nuestra aula. Para eso debemos partir de los objetivos didácticos, analizar los componentes, fijar las mecánicas de juego y establecer las dinámicas, sin olvidar que si podemos divertirnos mucho mejor.
Quiero destacar algo fundamental. Si queremos poner en práctica el juego en el aula debemos admitir el error como fuente de aprendizaje, ese es el gran secreto de esta metodología, puedo equivocarme las veces que quiera y poder volver a reintentarlo. Deberíamos darnos el placer y la oportunidad de equivocarnos.
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