Hay proyectos vitales que te ilusionan desde el principio, y para mi este era uno de ellos, un libro sobre educación, en el que compartiría junto a otros grandes profesionales, nuestra visión sobre la Gamificación y el ABJ. En este libro se conjugaba mi pasión por el juego y su relación con la Educación, junto a la admiración y amistad que profeso a las personas que componían este proyecto. Solo el hecho de que nos pusieran a todos juntos es de agradecer.
Por circunstancias que no vienen al caso, no se ha podido publicar. No hay que fustigarse, simplemente, no pudo ser, al igual que tantos proyectos que he iniciado, y por uno u otro motivo no han surgido, o no se han mantenido.
Lo que si me apena es, que después de todo el trabajo y esfuerzo que hay volcado en este capítulo. Todo eso, quede almacenado en mi ordenador, y no sirva para algo: reflexionar, criticar, usar como base.. Así que mi intención es liberar este capítulo en la web, con licencia Creative Commons, y que al menos haya personas que puedan leerlo, criticarlo u obviarlo.
En este capítulo del libro se desgranaban dos aspectos. Una era el Aprendizaje basado en Juegos como metodología activa y la otra era la Gamificación Educativa. En ambas, se aportaban modelos y ejemplos para llevarlos a la práctica, a los que hoy sumaría la experiencia de Marcos Rebollo, Manuel Sánchez u Óscar Recio Coll y su modo de llevar el juego al aula: los juegos creados por docentes para su alumnado. Un aspecto que hoy desligaría del ABJ, e intentaría definir de otro modo.
En la gamificación educativa se desgranaba el análisis de niveles de gamificación, partiendo de los niveles mas superficiales y de menor duración, como el BreakoutEDU o el Escape Room, a los niveles mas profundos y duraderos, con gamificaciones mas largas, con base en webs y narrativas mas estables. De hecho mostraba paso a paso como desarrollé el proyecto de gamificación Corporacracy, al igual que se mostraban ejemplos de proyectos de Secundaria, Primaria e Infantil, a los que hoy sumaría muchos mas.
La idea no solo era compartir los proyectos, cosa que se hizo luego con la aparición de Gamifica tu aula. Lo esencial era que el libro contaba con el apoyo de una web, donde aparecieran videos explicativos, y toda una serie de lienzos que sirvieran como base para lanzar una secuencia de ABJ o un proyecto de gamificación.
Hoy, tres años, después considero que ha llegado el momento que todo esto vea la luz, y evitar que todo desaparezca como lágrimas en la lluvia. Solo me queda agradecer a José Antonio Fraga su colaboración en este capítulo, y el permiso que me ha concedido para publicarlo.
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